En sesión de la Legislatura se aprobaron numerosas prórrogas para leyes que revisten carácter de excepción y de estado de emergencia en distintas áreas, como del sistema eléctrico, hídrica y social, entre otras.
La emergencia hace referencia a una situación urgente y de excepción que requiere decisiones extraordinarias, y en virtud de esa excepcionalidad se confieren facultades al Poder Ejecutivo para que la resuelva y restaure el orden perdido. Si bien hay algunas emergencias de reciente data, hay otras que superan las dos décadas. Esto nos debe llamar a la reflexión, no se puede convertir la excepcionalidad en habitualidad.
Casi todas las áreas de gobierno se encuentran en emergencia: seguridad, economía, producción, situación sanitaria, hidrica y social, entre otras. Hoy, como concepcionense, veo cómo a vecinos de la ciudad les toca padecer las consecuencias de la falta de agua, un servicio esencial y vital. Mientras, desde la Legislatura, se autoriza al gobierno a realizar nuevos aportes a la SAT, el servicio que presta al vecino dista mucho de ser el adecuado.
Toda esta situación nos interpela, no se puede vivir en un estado de emergencia permanente, la excepción no puede ser la regla general. Hay que devolver la normalidad a las condiciones de vida de los tucumanos.