A pesar de la angustia de estar desempleadas, Romina, Katy y Claudia no bajan los brazos y siempre buscan ayudar a su familia. Es muy difícil todos los días volver a empezar, pero no es imposible cuando los afectos son los que ayudan a no darse por vencido. Hoy pude conocerlas, escuchar sus inquietudes y colaborarles para que mejoren su calidad de vida.