El país atraviesa una crisis histórica pero a Fernández no le importa que 6 de cada 10 chicos pasen hambre, que el empleo caiga en picada, ni la angustia en que vive la gente; su prioridad es legalizar el ataque a la vida en su estado más frágil e indefenso.
En lugar de solucionar los problemas reales que hoy tenemos, la crisis social y económica que se ha profundizado por la pandemia, Fernández busca distraer y fragmentar. En 2018 tuvimos un debate serio, donde todas las voces fueron escuchadas. Y no fue ley.
Con esta actitud, Fernández pone de manifiesto la mediocridad de su gobierno, su cinismo y falta de compromiso. Demuestra que lo de «unir a los argentinos» era solamente un eslogan de campaña.
Una ley siempre debe ser justa y orientada al bien común. Legalizar el ataque a la vida humana en su estado más frágil, como lo es cuando se encuentra en el seno materno, sería una ley injusta, inhumana y cobarde.
Si querés cumplir la palabra empeñada respeta tu juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional que protege la vida desde la concepción.
