Las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) tienen mayor sensibilidad auditiva y perciben todos los sonidos que los rodean de una manera más fuerte. Por eso, el uso de pirotecnia puede provocarles angustia, ansiedad, tensión. Las personas con Alzheimer pueden padecer desorientación, nerviosismo, insomnio y malestar a nivel auditivo.
Nuestras mascotas sufren ante los estruendos de los fuegos artificiales que afectan sus sentidos, por lo que pueden quedar perturbados y atemorizados y perder, incluso, la audición y hasta ponerse agresivos, lo que también puede ocasionar graves daños a los seres humanos que los rodean.
Bajo la consigna #MasLucesMenosRuidos, en la Comisión de Seguridad y Justicia estamos trabajando en distintas iniciativas que buscan regular la fabricación, comercialización y el uso de la pirotecnia sonora para compatibilizar intereses entre los sectores vulnerables que se ven afectados por la misma y el sector empresarial, de manera que se preserven los puestos de trabajo que la industria genera.