Cuando comenzaba asomar el fantasma de una posible eliminación de la cláusula gatillo escuchamos a legisladores decir que los pactos deben cumplirse, y se respetaría el compromiso asumido con los trabajadores y el mismo Ministro Garvich transmitió tranquilidad cuando expuso el presupuesto. Pero lo aprobamos y se terminó el equilibrio fiscal. Parece que fue una realidad totalmente distinta la que nos planteaban.
Suspender la cláusula gatillo es una muestra de las incoherencias de Manzur y vemos cómo hoy se recurre a eufemismos. Así para hablar de una provincia fundida que no puede afrontar sus obligaciones, se usa «estrés financiero». Lo único que falta es que en lugar de inundaciones hablemos de «estrés hídrico».
En la sesión se escuchó a un oficialista decir que «por algo el peronismo gobierna hace mucho Tucumán». Gobernar hace mucho implica más responsabilidad, y porque gobiernan hace mucho son los que deben hacerse cargo de los males que aquejan a los tucumanos, cómo las inundaciones y la inseguridad, solo por nombrar dos.