Ayer 8 de marzo se conoció la noticia del fallecimiento de Faustina, la bebé tucumana que fue forzada a nacer prematuramente. Una pérdida que nos llena de mucho dolor y pesar, una vida inocente víctima de circunstancias desafortunadas. Faustina murió paradójicamente en un día en el que se conmemora la lucha por los derechos de las mujeres. Se olvidaron del primero y más importante de todos, ¿su derecho a la vida no valía?
El Estado debe poner en marcha acciones que prevengan y supriman las traumáticas situaciones de abuso. El aborto no es la solución. Ni abusos, ni abortos. No se puede hablar de política de salud pública si esta implica la eliminación de un ser humano. Necesitamos recuperar nuestros valores como sociedad y luchar por la salud de todos los ciudadanos.