¡FELICES PASCUAS!

Jesús entregó su vida por amor, soportado las más grandes humillaciones, la falta de humanidad y compasión ante sus sufrimientos. Tuvo que soportar la traición de un amigo, la negación de aquellos que lo habían visto curar, expulsar demonios y darle de comer a la multitud. Su muerte fue la más cruenta, murió en la Cruz como el peor de los bandidos.

Hoy, nada de todo esto es ajeno a nuestra realidad, día a día condenamos nuevamente a Jesús. Actuamos como Judas, como Poncio Pilatos, como aquellos apóstoles que le dejaron solo en el huerto, como los que en silencio veían como le insultaban y despreciaban, como los que le despojaban de las ropas, privándole con ello del reconocimiento social y haciéndole aparecer como despreciable y marginado, y cargándolo con la deshonra, como si fuera culpable.

Que esta jornada sea de reflexión y nos anime a cambiar nuestra vida.

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