Hoy vemos que el Presidente de la Nación habilita un hecho lamentable como es que se debata la legalidad de matar a un ser humano en su estado más incipiente. Así, todos estamos siendo testigos de cómo la inseguridad ha llegado al seno materno.
Permitir negociar el derecho a la vida es un enorme retroceso como sociedad, es un gravísimo error. Pasaremos a la historia como la generación argentina que se arrogó o pretendió arrogarse la facultad de decidir qué persona vive y qué persona no vive. Es fundamental que el Estado intervenga activamente y garantice los derechos de toda mujer durante el embarazo mejorando la accesibilidad a la atención profesional, sobre todo a aquellas que se encuentren en situación de vulnerabilidad, ya sea social, económica o de otra índole.
Hay vida desde la concepción y si queremos vivir en una sociedad donde todos seamos respetuosos de los derechos de los demás debemos comenzar respetando el primero, fundamental y más básico de todos que es el derecho a la vida. Nunca más oportunas estas palabras de Juan Bautista Alberdi: «No hay asamblea que convierta en virtud lo que es un crimen»