Con la Resurrección, Cristo no ha movido solamente la piedra del sepulcro, sino que quiere también hacer saltar todas las barreras que nos encierran en nuestros estériles pesimismos, nuestros egoísmos que nos alejan de la vida, en nuestras obsesionadas búsquedas de seguridad y en desmedidas ambiciones capaces de jugar con la dignidad ajena.
En este día tan significativo para los cristianos pidamos al Señor por nuestros hermanos que han sufrido los desastres de las inundaciones en el sur de la provincia para que ilumine a quienes detentan el poder a obrar responsablemente propendiendo al bienestar general de los tucumanos. Que Dios colme de bendiciones a todo el pueblo tucumano y nos guíe por el camino de la pacificación, del diálogo y de la unidad frente a las adversidades.
¡Felices Pascuas de Resurrección!