En la última sesión de este año del Bicentenario también aprobamos una iniciativa con la que buscamos poner en valor al arbolado público declarandolo patrimonio natural y cultural.
Recientes trabajos de la Organización Mundial de la Salud confirman la creciente necesidad de que en los próximos años cada ciudad tenga un árbol por cada habitante. El arbolado cumple importantes funciones ambientales e incluso está vinculado a la salud de la población, es imprescindible concientizar a la comunidad sobre la importancia de la forestación como única arma para seguir manteniendo los pulmones verdes de nuestra tierra; de lo contrario en algún tiempo no muy lejano nuestra calidad de vida será considerablemente más baja.
Por esto, y para evitar que vuelva a suceder un hecho lamentable como el que tuvo lugar en Yerba Buena a raíz de la caída de un árbol, tragedia por todos conocida, durante el tratamiento de esta ley (que fue resultado de la conjunción de dos proyectos, uno del Leg. Osvaldo Morelli y otro del Leg. José María Canelada) solicité que se incorpore en su texto el concepto de servicio público y que quede expresamente estipulada la responsabilidad de la autoridad competente de trabajar para mantener y mejorar su calidad, asegurando un arbolado público funcional, sano y adecuado para el presente y el futuro.