De 1816 a 1916 la generación del centenario ubicó a nuestro país con mayor alfabetización de América Latina y un legado muy importante que nos dejó a los tucumanos fue la UNT, pero llegamos al bicentenario con un sentido contrario, vemos un país afectado por la inseguridad, el narcotráfico, la corrupción que a su vez genera exclusión.
La legisladora Silvia Rojkés habló de la necesidad de la obra pública en la provincia, díganme si no hubiera sido una obra digna del bicentenario el tren Tucumán – Concepción que figura pagado con un monto de 10 millones de pesos, un monto mucho menor de lo que está en los bolsos de José López.
En este Bicentenario fuimos testigos del amor a la patria y caminamos juntos con los mismos colores. Desfilaron las distintas expresiones de nuestra sociedad, gauchos a caballos, policías en camionetas, civiles y militares. Quiero recordar lo que nuestro líder el Dr Alfonsín, nos decía: «debemos bajar de la vereda, siempre estamos en veredas contrarias. Es hora que bajemos a la calle para caminar todos juntos levantando bien alto la bandera celeste y blanca», un claro concepto que nos pedía la unión nacional.
Empecemos a trabajar juntos en una agenda de políticas públicas para romper las cadenas que nos hacen ser colonos de la corrupción, la exclusión, la desigualdad.
Hace 200 años conquistamos la libertad y la independencia pero hoy tenemos un desafió muy grande que es lograr para nuestras generaciones la igualdad de oportunidades.
La patria es un legado que nos dejaron nuestros padres y tenemos el deber de custodiar, conservar, hacerlo fecundo y transmitirlo a nuestras generaciones venideras.
Les pido que hagamos realidad ese rezo laico que dice el preámbulo de la Nación que tiene como objetivo nuestra Constitución de constituir la unión nacional.